El canto de este pájaro selvático, muy parecido a un llanto humano, ha
dado lugar a la invención de uno de los mitos más bellos del norte argentino.
El norte argentino está colmado de leyendas y la del Kakuy es una de
las más conocidas. Cuenta la historia de dos hermanos huérfanos, un varón y una
mujer. Se dice que él era muy trabajador y luego de cada jornada de trabajo en
el monte, volvía a su casa con regalos y flores para su hermana. Ella era más
joven que él, era haragana y desagradecida, nunca lo esperaba con comida o
siquiera un poco de hidromiel para beber. Una vez, el joven le pidió a su
hermana que le sirviera algo de comer pero al traer la vajilla, accidentalmente
tropezó tirando todo al suelo. Esta situación, muy frecuente, hizo que la
paciencia del chico llegara a su límite.
Un día de duro trabajo volvió a su casa agotado, encontró todo
desordenado, sucio y sin nada para comer. Cansado de aguantar los maltratos de
su hermana, decidió vengarse. Una tarde, el joven le pidió que lo acompañara a
buscar lechiguana (miel) y se internaron en la espesura de la selva hasta
llegar al pie de un enorme quebracho de grandes ramificaciones. La chica
comenzó a subir el árbol ayudada por un lazo del monte que el joven había
tendido de una de las ramas. Una vez que su hermana estuvo cerca de lo más alto
de la copa el chico retiró el lazo para que no pudiera bajar. Ella comenzó a
llorar y a gritarle:"¡Túray, túray!¨, que en quechua significa hermano.
La joven comenzó a llorar tan desgarradoramente que se la podía oír a
leguas. De a poco el lamento se transformó en una especie de canto. La muchacha
empezó a sentirse extraña y de sus brazos comenzaron a brotar sedosas plumas
morenas, sus pies se transformaron en garras, su boca mutó en un pico, sus ojos
se empequeñecieron de tantas lágrimas y así quedó convertida en un pájaro nocturno.
Su canto, más parecido a un lamento, vaga por la selva buscando a su hermano
que, consumido por la culpa, desapareció en la hondura del monte.
El pueblo quechua, profundamente religioso, sabe del castigo eterno a
la maldad de la hermana: ¿cómo hacer oídos sordos al mandato divino sobre las
buenas relaciones fraternales?
El kakuy, como toda ave de origen mágico, es adivina: anuncia la
lluvia, por ejemplo. Pero, por sobre todo, es señal de pelea entre hermanos,
como avisando: "iCuidado con lo que hacen!, ¡respétense!". También
conlleva cualidades esotéricas. Si canta en el techo de una casa, anuncia la
muerte.
Kakuy, cacuí o urutaú
El kakuy (Nyctibuis griseus cornutus), también conocido con el nombre
de Urutaú, es un ave de rapiña de 33 a 38 cm de largo total, es pálido
grisáceo, casi castaño y finamente rayado con negro. Tiene ojos rojos color
naranja o rojo. Habita en las selvas tropicales de América del sur.
En Santiago del Estero la leyenda de los dos hermanos se popularizó con
la chacarera ¨Hermano kakuy¨, escrita por el poeta Carlos Carabajal y la música
de Jacinto Piedra.
Aquí les dejo el audio de la versión interpretada por Machaca la chaca
Fuentes consultadas:
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http://suite101.net/article/la-leyenda-del-pjaro-kakuy-el-lamento-de-la-hermana-perdida-a20445#ixzz23HEg8ovW
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http://www.folkloretradiciones.com.ar/superstic_leyendas/sup_ley_100.htm
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http://www.youtube.com/watch?v=VM71bNLJ6KA